21.10.13

No exit

-Dicen que cuando se cierra una puerta se abre una ventana.
-Pues yo no quiero ninguna estúpida ventana. No cuando la que se abre es un triste ventanuco por el que prácticamente no entra la luz de lo sucio que está. No quiero una vida así, basándome sólo en lo que veo o dejo de ver, yo quiero salir ahí y tocar y oler y sentirlo todo. Quiero que la esencia del mundo se grabe en cada una de mis células. Recordar cada sonido y cada sabor, y que más tarde me evoquen glorias pasadas, como una magdalena culquiera bañada en té. Lo tengo claro, no me conformaré con una ventana. Quiero una puerta. Y la tendré aun si tengo que escarvarla en la pared con las manos desnudas.

30.9.13

Mi tinta es a base de agua y sólo vuelve con las primeras lluvias.

Diluvia. Como si los cielos quisieran limpiar la suciedad del mundo con simple agua. No creo que lo consigan. La basura del mundo está demasiado incrustada, capa tras capa a lo largo de los siglos. Las personas se protegen con sus paraguas mientras siguen con sus atareadas vidas, pero yo no tengo más que este chubasquero de plástico con el que resguardarme de las lágrimas de los dioses.
Sigue lloviendo, ya hace días que no para. El alcantarillado urbano está saturado y agua roja como la sangre empieza a salir a borbotones por los desagües.
Ya no hay gente atareada por las calles, ni tampoco quedan paraguas. Una neblina gris ha ocupado su lugar. Ha dejado de llover.
La ciudad está al fin vacía, limpia.

Mi pluma está aun medio moribunda, como un pájaro que en su día tuvo un ala rota y le curó mal y ya no puede volar muy lejos sin estamparse contra el suelo.

5.5.13

Le pedí que se fuera, hoy quiero dormir sola, por favor. Pero Él sólo sonrió y encendió otro de esos cigarrillos que llenaban la habitación de humo. Por favor, sólo esta noche. Pero Él ya estaba sacándose el abrigo y las botas, dispuesto a escurrirse entre mis sábanas. Por favor. ¿Por qué me temes?, responde Él. No te temo, esta noche quiero estar sola. Intenta besarme, yo lo rechazo. Suspira. Sale al balcón a fumar. Sabe que acabaré durmiendo con él, que lo único que necesita es un poco de paciencia y me tendrá sollozando su nombre desde alguna pesadilla.

7.4.13

Sooner or later I'll have to stop all this nonesense and start living.

Dieciséis años. Dieciséis años. Dieciséis años.
Por más que lo repita, la sensación no cambia.
Dieciséis años.

Este año me he acordado de mi cumpleaños. Para ser más exactos, llevo pensando en él una semana. Porque digo yo, tener dieciséis años no va a ser muy diferente de tener quince. La verdad, yo no me siento muy diferente. Lo único que hace este día distinto al de ayer es que tengo que agradecer, por norma social, todas las felicitaciones del tuenti, aunque vengan de gente con la que nunca he hablado; y que con suerte, caerán uno o dos regalos.

Dieciséis años.

No llego a sentirme como Naoko el día que cumplió veinte, pero tampoco es que me entusiasme esto de crecer. Siento que el futuro se me viene encima. Sí, el futuro es un tren desbocado con los frenos trucados, y yo soy la chica que el malo de la película ha atado a las vías de dicho tren, y que, justo en el último momento, es salvada por el héroe, con el que se casa y vive un ''felices para siempre''. Pero el héroe no aparece. Nunca ha aparecido.

Dieciséis años.

13.3.13

Nunca he sido una buena estudiante

Nunca he sido una buena estudiante.
Nunca he llevado los deberes al día.
Nunca he sabido a ciencia cierta
si la que escogí era o no la respuesta correcta.

Y es que, aunque haya tenido buenas notas,
nunca he sido una buena estudiante.

Siempre me han preocupado más
los personajes ficticios en el libro sobre mi mesilla
que los reales en el de historia.
Mis lecciones de biología se basaban
en la probabilidad de que hubiese
vida inteligente bajo mi cama,
y para física estudiaba
la manera más eficiente de meter
todos mis calcetines en un solo cajón.
Lo poco que sé de matemáticas
lo aplico a contar una y otra vez
los azulejos de la cocina, las piedras del patio trasero.
He aprendido más filosofía
leyendo cómics y perdiéndome en la web
que en esas largas y somníferas clases.

Siempre he estado mirando por la ventana,
o dibujando en los márgenes de la libreta.
Porque, aun en contra de lo que todos creen,
nunca he sido una buena estudiante.

7.3.13

Es leer esto...

My dear,
I don’t know what to do today, help me decide.
Should I cut myself open and pour my heart on these pages? Or should I sit here and do nothing, nobody’s asking anything of me after all.
Should I jump off the cliff that has my heart beating so and develop my wings on the way down? Or should I step back from the edge, and let the others deal with this thing called courage.
Should I stare back at the existential abyss that haunts me so and try desperately to grab from it a sense of self? Or should I keep walking half-asleep, only half-looking at it every now and then in times in which I can’t help doing anything but?
Should I kill myself or have a cup of coffee?
Falsely yours,


Albert Camus


...y sentirme tan pequeña.


4.3.13

Nueva York

El cielo sangraba encima del mar mientras nosotros nos besábamos, en el espigón mayor del puerto.
-¡Mira!- dijiste, levantando el brazo y señalando el horizonte.- ¡Por ahí se va a Nueva York!
Yo sonrío ante este gesto, repetido tantas veces. Oh, Nueva York, al otro lado del Atlántico. Cuantas promesas, cuantos sueños que cumplir.
Crecer, salir de este pequeño pueblo marinero para conseguir un futuro; estudiar y más tarde trabajar en alguna gran firma; tener seis corbatas en el armario, una para cada día de la semana. Ir a ver el fútbol al bar de la esquina los domingos. Y luego volver, cuando nos posea la morriña, en esa semana de agosto cuando se celebra la fiesta más importante del año.
Estás preciosa, con esa sonrisa en los labios húmedos del contacto con los míos, bañada por la luz del crepúsculo. Y te vuelvo a besar, una y otra vez, bajo la atenta mirada de las primeras estrellas.